Escuchando

Rain me decía hace unos meses que me escuchaba. Lo que menos hace la gente es escuchar a otros, porque es rutinario y el ser humano está lleno de repeticiones jodidas. Solemos oír nuestras voces recostados en las noches, nos destrozamos sin salir indemnes entre costumbres como decía Hobbes, como animales que se devoran entre sí.

He destruído algunos yoes míos.
Quiero escuchar a otros. Me cansé de mirar siempre lo mismo, viejos maniquís con la piel fresca, el delirante sexo de las tardes caóticas. Mis contornos desdibujados cuando bebo una cerveza recordando lo que fui.

Ultimátum de la aventura

Desvaído y maldito me encuentro. El universo está vaciado de significados desde que la gloria es una palabra perdida en el diccionario.

Otra vez te busco.

Hastíos

Cuando sea viejo no me habré hastiado de la vida, me dice en tono sarcástico Rogelio.

El macho cabrío de las historias de nuestra adolescencia. Siempre mirando el culo a las mujeres con su colección de películas porno y su diamantado cuaderno de apuntes orgiásticos.

- Fabuloso, le respondo.

- Pero te morirás al día siguiente que se duerman tus pelotas.

Rogelio me miró largamente y después su furia se contuvo en un insulto.

Al rato me desdije. Rogelio podría morir instantáneamente después que sus pelotas se arrugen agónicamente.

Mis hastíos son otros, querida, me dije pensando en ti. Te adoro hasta el desequilibrio.

Vete al puente

He caminado demasiado y me he cansado. Me atrajo la idea de irme a un monasterio para apartarme de mi peregrina condición humana pero no tengo fuerzas para ser un monje aislado del mundo. El mundo me encierra en sus límites horrorosos. Transgredo sus espacios citadinos y comunes siendo un disidente del montaje cotidiano. Te busco. Me digo, vete al puente y cuando llego a la armazón de acero fundido que está suspendida como un gigante abstracto, soy libre.

¿Campeones?

Los únicos campeones son los ajedrecistas. No tengo la menor duda. Ni Thomas Pynchon es un campeón . Pelé goleando, tampoco. Fue un futbolista, el mejor. Fue inteligente, ¿más que Maradona? , ¿quién puede negarlo o asegurarlo?.

Las inteligencias están desparramadas en los contenedores universales. Demasiada infamia. Demasiado conformismo.

Apártate muchacho de la barra, me voy a beber a otro café, a otra biblioteca, no soy un campeón.

Música al filo del sueño

O tú solitaria mirando tu serie favorita a miles de kilómetros de distancia. Tu gato salta sobre ti y las estrellas se mecen en tu vaquero. En el ojal de tu sexo alguien canta y pronto te darás cuenta de los sueños que te hincan en la lejanía.

Correrías de Eros sobre tu vientre.

Los imbéciles

Hay imbéciles ocultos tras de sus títulos y oficios. Puedes encontrarte con un imbécil que te hable de Sloterdijk y dentro de un año te envíe una perla de su imbecibilidad.
Nunca se sabe, decía mi abuelo, con qué imbécil puedes lidiar. Pero sí, sí se sabe, sí se sabe. Lo que pasa es que no te diste cuenta a tiempo.