Desde mi infancia, fui huraño. Vi películas a solas, cuando mis padres viajaban y las chicas que me debían cuidar se iban con sus enamorados a sus cuartos y el ama de llaves fumaba con solemnidad en la cocina, relajada e indiferente a mis juegos.
Me hice adicto a la música con Aranjuez de Ricardo de Falla y con Mozart.
Crecí como un chico extraño que prefería las óperas al rock. Hasta que conocí a Pynk Floyd.
A los 14 años me perdí entre una multitud, y me gustó el ritmo de los pasos sobre el asfalto. Por eso nunca detesté a las multitudes ni les temí.
Cuando Dadá llegó a mi vida, ya estaba listo para existir en sus sonidos e imágenes.
Existo. Allá, acá. Estoy en la ciudad Dadá.
Bienvenidos a este espacio con fondo negro y música que sale de mis neuronas y sueños.
mayo 25, 2006
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1 comentario:
Tengo un amigo que afirma:"yo querría morir escuchando el Concierto de Aranjuez..."
Mientras que tú naciste con ese Concierto :)
Bienvenida me siento Tzarel.
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