julio 08, 2007

Los imbéciles

Hay imbéciles ocultos tras de sus títulos y oficios. Puedes encontrarte con un imbécil que te hable de Sloterdijk y dentro de un año te envíe una perla de su imbecibilidad.
Nunca se sabe, decía mi abuelo, con qué imbécil puedes lidiar. Pero sí, sí se sabe, sí se sabe. Lo que pasa es que no te diste cuenta a tiempo.

10 comentarios:

Rain en ZQ. dijo...

La vez pasada hablábamos sobre imbéciles, F y yo. El me contaba sobre los ingenieros con los que laboraba en un proyecto hace un tiempo. Tipos muy empapados de lo suyo, unos "capos". De pronto se ponían a hablar de mujeres y siempre, siempre se ufanaban o sino las atacaban de una manera que F decía:
"Algo les hicieron..., o ellos creen que algo les hicieron". Y seguía contándome anécdotas con las que no ilustrábamos acerca de los imbéciles. Unos casoooos.

Y pasaba a los imbéciles de otro calibre. Todo tenía que ver con la educación, la autoeducación y los resentimientos.

Anónimo dijo...

hm. según dicen, nací en ciudad dadá. aunque por mi fisonomía poética sea rimbaudiana.
lindo, encontrar una de mis patrias literarias.
saludos

tzarel dijo...

Ergo toda imbecilidad tiene su correlato y su desfase.
Estoy en el trayecto euclidiano al que cierta vez me referí.
=)



::



Mara, creo que tu fisonomía poética es panorámica. A ella se regresa como quien busca vilslumbramientos y señales de identidad.
Dejas un fino comentario que agradezco.
=)

Anónimo dijo...

No te olvides de la pp.

tzarel dijo...

=)
Ni distraído.

Hamletmaschine dijo...

Es como decía Flaubert, más o menos porque cito de memoria, que si uno hacía una pequeña concesión hoy, otra mañana, otra pasado mañana... al final de la semana se terminaba siendo un perfecto imbécil.

Pero es una cuerda floja, se hacen malabares sobre un monociclo cuesta arriba. Y ufff, no olvido una insólita entrada del diario de Jünger donde pasa por un pelele en una tienda parisina (!), en una escena de pena ajena.

Una cuerda floja...

tzarel dijo...

Hamletmaschine, pero ¿nunca te has topado con los imbéciles crónicos?
El hacedor del tratado de los rebeldes los vió seguramente
en sus periplos de soldado. Su otrora etapa de muchachito soliviantado y errante.

Hamletmaschine dijo...

Tzarel, ese esbozo de un joven Jünger en plenos periplos de soldado está soberbio...

Y sí, me he encontrado con muchos imbéciles crónicos, especialmente en la escuela. Me voy enterando que algunos tienen puestos públicos y de contacto íntimo con el poder. Es decir, nada insólito...

tzarel dijo...

¡La escuela!¡loas a la escuela con su formación y sus normas!.

Sin embargo no se puede negar que hay maestros disidentes, generosos, inolvidables. Los conocí. Ni qué decir de los proyectos educativos sui géneris dentro de lo que se puso de moda, como fue hace ya tiempo, la pedagogía del oprimido. Post escuelas utópicas ingenuotas.

Jünger se volvió iconoclasta. Atrás quedó el soldadito impetuoso.

Goldmundo dijo...

Hola, buen día

Te invitamos a conocer el blog de literatura que hicimos: http://www.narcisoygoldmundo.blogspot.com/

Un saludo y muchas gracias por el espacio,
Narciso y Goldmundo