junio 04, 2007

Huérfanos

Saboreando pan frío al filo de la noche los pequeños ladrones se destruyen entre sí

contandos los minutos para la embestida, estiran la mano hacia la nada

largamente yermos e incoloros, cada día mueren despojando y despojados.

3 comentarios:

Rain en ZQ. dijo...

Seco y directo el texto.

Los niños de las favelas, los pequeños vagabundos en las plazuelas de Lima, los niños del Dock... (piensa en todo ese polvo y el hambre)

en fin, los niños se vuelven crueles desde pequeños y malignos.
Por eso toda acción que busque arrancarlos de ese estado vale. Pienso en Kika, allá en pueblos lejanos, donde no hay precisamente pequeños pandilleros, sino niños que no saben qué hacer a parte de soñar con pasar la frontera, porque no hay nada que les sujete a su lugar...

tzarel dijo...

Una "solución" tomada muy en serio, fue matar a los niños. Desde autos, el tiroteo era a mansalva. Se podían ver a los niños muertos en las calles y no eran pocos los que se alegraban. Como la no evidente alegría de los xenófobos cuando golpean a los inmigrantes, o como cuando se escribe acerca de mujeres y te pintan que un negro se vuelve loca por las rubias.

Anónimo dijo...

¡Creídos de ocho por cuarto!